Se trata de un tipo de masaje que utiliza maniobras lentas, suaves y superficiales y que se aplica sobre la piel, además no requiere el uso de cremas ni geles. Lo que hacemos es activar el sistema linfático mejorando la circulación de la linfa y ayudando a drenar el exceso de líquido en tejidos.
El sistema linfático tiene la función de transporte y de estación depuradora de los desechos metabólicos y celulares del organismo, además está estrechamente relacionado con el sistema inmunológico.
¿Cuándo está indicado el drenaje linfático?
- Edemas de origen post-traumático: hematomas, lesiones, roturas de fibras, tratamientos post-fracturas.
- Edemas post-intervenciones quirúrgicas: procesos oncológicos como post-mastectomías, cirugías ortopédicas, cirugías maxilo-facial, tratamiento de cicatrices, cirugías estéticas como liposucciones, post-cirugías vascular, etc..
- Edemas por trastornos osteomusulares y del tejido conjuntivo como inflamación de tendones, reumatismo, osteoporosis, etc.
- Edemas locales del sistema nervioso central y periférico como parálisis facial, neuralgia, cefaleas.
- Trastornos neurológicos que cursen con edemas.
- En trastornos neurovegetativos como el estrés, insomnio.
- Trastornos vasculares periféricos como linfedema, lipedema, edema venoso postural, varices, edema pre-menstrual, edema del embarazo.
- Patologías de vías respiratorias como sinusitis, resfriados alérgicos.
- En dermatologias como el acné, dermatitis, eczemas.
- En estreñimiento, dolores menstruales.
